
Según relata a Vice, el entonces electricista cambió su dieta: dejo de comer trigo y lácteos, probó con la comida mediterránea, eliminó el pescado y después intentó ser vegano, pero no había forma, seguía perdiendo peso.
Desesperado, intentó encontrar en internet la cura a todos los males y dio con un tipo que sufría síntomas muy parecidos. El hombre le recomendo que siguiera una dieta paleolítica, basada en la ingesta de carne cruda. Cinco años después, Derek hasta se lava los dientes con grasa animal y dice encontrarse bien de salud.
La historia de esta forma extrema de carnivorismo fue comenzada por un dentista de nombre Weston Price en 1930. Según él, los pueblos nativos de Estados Unidos ingerían una dieta de tripas y grasa cruda, además de no cocinar los alimentos. Pero podríamos pensar que nuestro organismo ha cambiado mucho desde las cavernas, ¿no? Al parecer no tanto. Según Derek, cuando comenzó con esta dieta, “tal vez tienes un poco de diarrea durante la primera semana, pero es sólo tu sistema digestivo adaptándose. Luego de la primera semana me sentí increíble y nunca regresé.”

Una vez ajustadas las explicaciones médicas, ¿cómo se relaciona socialmente una persona que mata y come crudo (incluso sin condimentar) sus propios alimentos? Joanne, la novia de Derek, es vegetariana por razones filosóficas, pero comprende que su novio come carne cruda porque su cuerpo falló en digerir cualquier otra cosa. En cenas con amigos, simplemente lleva su propia comida. Su familia, sin embargo, no lo aprueba y creen que está completamente loco. Tal vez lo esté, pero la locura, si produce salud, ¿es realmente locura?
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