
Normalmente, el queso se obtiene cuando a la leche se le añade la bacteria Lactobacillus. Posteriormente, es añejada con levadura para crear un pedazo sólido de delicioso queso. Como ha quedado demostrado, las partículas necesarias para crear queso se encuentran prácticamente en todos lados: plantas, intestinos animales y en la piel humana, por nombrar algunos ejemplos.
La microbióloga Chirstina Apakis y el artista Sissel Tolaas recolectaron muestras de diferentes partes del cuerpo humano y criaron las bacterias y la levadura en el laboratorio. Después, las añadieron a leche fresca y crearon un queso de olor y apariencia normal. El sabor permanece un misterio, pues no se les permitió probar el queso a quienes acudieron a la exposición. (Dudamos que hayan querido hacerlo).
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Fuente: Muy Interesante
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