
-Orgasmos “con el pensamiento”, producidos mediante imágenes mentales y en ausencia de estimulación física. Los estudios sobre estos orgasmos realizados en la década de 1960 fueron corroborados en la década de 1990 gracias a algunas experiencias de laboratorio, en las cuales se observó que la mujeres presentaban un incremento del ritmo cardíaco, la presión arterial, el diámetro de las pupilas y el umbral del dolor típicos del orgasmo.

-Orgasmos experimentados durante el rezo y la meditación, tal como ha documentado William Stayton.
-Orgasmos experimentados por hombres y mujeres con lesiones en la médula espinal a través de las caricias del compañero en las zonas de piel hipersensibles no genitales, cercanas al lugar de la lesión.
-Ataques epilépticos que producen auras orgásmicas.

-Orgasmos tipo “miembro fantasma”, como los que se “sienten” en un pie amputado.
-Orgasmos producidos a través de la estimulación de la boca, los labios, el pecho, los pezones, el ano, el hombro o el dedo del pie.
-Orgasmos producidos como resultado de la estimulación de cualquier parte del cuerpo por la persona “adecuada” y de la manera “adecuada”.
-Orgasmos durante el parto.
-Orgasmos durante la defecación y la “micción enérgica”.
-Orgasmos durante el cepillado dental de una mujer con epilepsia.

-Orgasmos no genitales experimentados bajo la influencia de drogas psicodélicas.

-Orgasmos producidos mediante estimulación tras una cirugía transexual (tanto en sentido hombre-mujer como mujer-hombre).
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